jueves, 30 de junio de 2011

Otra piedra en el camino

Me encantaría poder contaros que esta nueva piedra es una nueva zona de escalada, o que como estoy por Asturias cambio el granito por la caliza. Pero no, esta piedra es como la tipica china que se mete en la bota y no te deja caminar a gusto.
Cuando parecía que había avanzado algo en el tema de las federaciones, ya que por fin en la federación madrileña nos permiten federarnos a los ¿discapacitados?, me encuentro que en Asturias solo me permiten hacerlo en la modalidad B, vamos que no soy apto para ir a Alpes. No lo entiendo...
Vuelvo a repetirme que no existe la discapacidad en la montaña, existen límites, los tuyos y los mios. Y como desde siempre he aprendido cada uno afrontaba sus retos de acuerdo a su destreza y conocimientos.
Pero bueno ahora que tengo el estomago lleno, no pienso parar hasta arreglar todo esto.

viernes, 10 de junio de 2011

Diedro Gallego. Desafíos

Bueno, vamos a seguir rescatando las entradas de este invierno, antes de que otras entradas más primaverales las entierren en el olvido


Cuando empezé a hacer corredores pasé muchas horas buscando vías que fueran a estar a mi alcance a corto plazo por las distintas cordilleras que frecuentamos y una de las que llamó mi atención fue el diedro Gallego. En aquel momento aún me quedaba un poco grande, pero este año había llegado la ocasión.


Llegamos a la plataforma el viernes por la noche y salimos directos hacia el circo, aplicando una estrategia que ya se está convitiendo en habitual para Fran y para mi. Como no hacia mucho frío decidimos jugárnosla y dejamos la tienda en el maletero. A las dos de la mañana llegamos al refugio, buscamos un sitio un poco llano en la nieve, extendimos las esterillas y a dormir.


Al día siguiente nos despertamos bien prontito, desayunamos un capuchino delicioso y arrancamos casi los primeros hacia el cuchillar. Decidimos empezar por escalar la cascada de La Araña, ya que el año pasado nos quedamos con las ganas de probar los dos largos yendo nosotros de primeros. Resolvimos con soltura, eso si con los gemelos echando fuego por la falta de costumbre. Fran que tenía las manos un poco blandas a esas horas de la mañana perdió primero una cinta con mosquetón y luego un guante, menos mal que teníamos repuestos para las dos cosas.


Después nos fuimos a por el diedro. El primer largo estaba en una especie de costra de hielo-nieve-corcho, en el que no agarraban los tornillos y la otra cara del diedro era bastante lisita, así que me toco subir fiándome. Al llegar arriba me tocó a mi cometer una torpeza y perdí uno de los guantes finos ¡Tres horas, tres perdidas, no está mal el ritmo! Después seguimos buscandonos la vida a través del espolón hasta llegar a la cima. La verdad es que fue bastante impresionante, ya que las rampas de nieve caen directamente a la canal.


Nos hubiéramos metido en otro embolado si no fuese por que queríamos probar a buscar por la base de la pared alguna de las muchas cosas que perdimos. Resulta que el guante de Fran apareció y la cinta con mosquetón también, pero no en el circo, sino en el rocódromo de Álcala... casualidades de la vida.


Otra noche de vivac y para casa, hacia tanta niebla que nos dió pereza buscar los corredores tanteando las paredes.

jueves, 2 de junio de 2011

Retorno a las montañas.


Después de bastante tiempo y una operación de rodilla, Luciano, nuestro padre, por fin volvió a hacer montaña. Y hacia la sierra de Béjar nos dirigimos, sin más pretensión que hacer horas en montaña y probar la rodilla de Luciano. El día era bueno y aún había nieve en la carretera así que salimos de la plataforma. Poco a poco llegamos al Calvitero, donde paramos a reponer energías, después seguimos nuestro camino dirección al Torreón. Cuando vimos la canal de los hermanitos a Luciano se le alargaron los colmillos y a punto estuvimos de cambiar el objetivo. 



Y así disfrutando de la nieve y asomándonos a todos los rincones, llegamos al Torreón, comer, disfrutar del sol y deshacer el camino andado. Este primer día dejó buenas sensaciones, aunque la bajada se notó en la rodilla.




Un mes más tarde, cuando por fin conseguimos reunirnos con César, esta vez si que pusimos rumbo a la canal de los Hermanitos. El día estaba perro, lluvia,niebla y viento lo que hizo que la nieve que quedaba, que todavía era bastante, estuviera muy blanda.



Una vez en Hoyamoros tuvimos que esperar a que levantaran un poco las nubes para encontrar el cono donde empieza la canal. Para allá nos fuimos decididos, aunque pronto nos vimos frenados por una nieve muy pesada. Así comenzamos los relevos, a cada uno le toco su correspondiente tercio de trabajo. Envueltos en el ambiente fantasmal creado por la niebla llegamos a la parte final, donde tuvimos que buscar una salida segura para evitar las zonas con cornisas.


Más por cabezonería que por necesidad hicimos la cima de los dos hermanitos, a pesar del verglas que dificultaba el ascenso a uno de ellos. Para después bajar tranquilamente a por el coche.



Es hora de hacer nuevos proyectos en familia, con objetivos más ambiciosos ¿Quien sabe donde nos llevará esta nueva etapa?