Después de varios años en los que al mirar las laderas de las sierras de Gredos o Béjar no nos daban ganas de sacar las tablas, este año, por fin, han caído unas buenas nevadas. Como es típico en estas sierras un par de días de sol, viento y frío han dejado todo convertido en brillante hielo cristalino. Pero eso no nos echó atrás este fin de semana y decidimos salir los dos días a intentar dar un par de giros.
El sábado nos presentamos una buena tropilla en Candelario. Aunque nos hubiera gustado llegar más lejos, al final solo subimos hasta el Calvitero. El suelo estaba tapizado de gotas de hielo durísimo que los cantos no conseguían cortar. Ante la posibilidad de que más tarde no hubiese forma de salir de allí decidimos bajarnos en el momento más caluroso de la tarde. Al final bajamos sin percances, incluso hubo algún momento en que disfrutamos de buena nieve.
Pablo, que todavía no le pega a esto del esquí de travesía, estreno botas de montaña. Quedó muy contento con las botas, pues le van como un guante, pero poco con la travesía. Subir desde la primera plataforma al Calvitero es poca caña para él.
El domingo nos dimos una buena paliza en las laderas del Morezón. A primera hora de la mañana subimos hasta el collado por el que pasa la Trocha Real hacia el Circo, cuando vimos que no había buena bajada hacia la laguna decidimos volver por donde habíamos venido y disfrutar de una canal que el sol había dejado perfecta. Después volvimos a subir hasta el Morezón, desde donde descendimos por la loma hasta alcanzar de nuevo la bajada de la mañana, para no parar hasta el coche.
Un fin de semana de sol y nieve en las sierras cerquita de casa. Son muy recias y no regalan nada, pero si te lo curras te llevas buenas alegrías.