sábado, 24 de mayo de 2008

Nueva Montañera



Las nuevas generaciones vienen arrasando. Aquí tenemos un ejemplo, se llama Alba y le gusta escalar y subir a lo alto de las montañas. Y es que cuando está en el campo y ve un bloque se lanza a por el y no se le resiste.

Os dejo unas fotos de su primer rappel en San Pelayo, de unos 10 metros, y no pasó nada de miedo.

domingo, 18 de mayo de 2008

En primavera hay que emigrar al Sur


¿Otro fin de semana sin hacer actividad?¡Nos negamos! Ante la perspectiva de otro fin de semana de lluvias en el tercio norte peninsular nos dispusimos a emigrar al Sur.


Nuestra primera parada fue en Cerro del Hierro. Lo primero que vimos al llegar al parking es un cartel que nos indicaba que no debíamos salirnos del camino por que podríamos caer en alguna sima, así que en cuanto pudimos tomamos un sendero que giraba a la derecha. Nos internamos en un paisaje irreal dominado por pináculos blancos y con el suelo del color del oxido. Avanzábamos por angostos barrancos, y de pronto nos asomábamos a profundos agujeros llenos de vegetación gigantesca, esperábamos que de un momento a otro apareciesen los pterodáctilos del mundo perdido. En seguida nos dimos cuenta de que no teníamos ni idea de donde estábamos. Seguimos deambulando entre rocas de formas, colores y texturas sorprendentes, hasta que descubrimos una zona que parecía coincidir con el mapa que llevábamos. Miramos si podríamos bajar por la derecha, luego por la izquierda, hasta que nos dimos cuenta que la única forma de llegar era hacer un rapel volado. Escalar... escalamos poco, pero disfrutamos muchísimo del paisaje de este paraje protegido y de la naturaleza que se esconde detrás de cada rincón.



La siguiente estación fue Espiel. Aquí se puede disfrutar de la escalada en un paraje tranquilo y agradable, y eso es lo que hicimos nosotros. El primer día lo dedicamos a lectura bajo los desplomes mientras pasaban los pequeños aguaceros, para en cuanto volvía a lucir el sol, o caía menos agua, subirnos a las peñas. Y para rematar la actividad una carrerita bajo la luz de la luna. El segundo día, si que nos dimos un buen atracon escalador. Escogimos las vías más largas que encontramos y gozamos con una roca que "te ama", con gotas de agua, agujeros, orejas, puentes de roca... Después a darnos un atracón de la receta de moda, callos con arroz, y a debatir sobre los nombres de los juegos de nuestra infancia.


Hemos escalado, hemos corrido, hemos explorado... Pero de lo que más hemos disfrutado este fin de semana es de la tranquilidad y de la vida que rebosa el campo.

viernes, 9 de mayo de 2008

Midi d'Ossau en estilo pesado


Cuando una expedición sube a un gran pico instalando campamentos de altura y cuerdas fijas se dice que es en estilo pesado. Ese no es el modo más habitual de subir a un pico en Pirineos, pero lo que hicimos nosotros en el Midi d'Ossau el pasado puente de mayo fue precisamente eso, un asedio en toda regla.



El jueves hicimos la aproximación hasta el refugio de Pombie. Un paseo corto por nieve blanda cargados como mulas. Nuestra principal preocupación era el riesgo de aludes, el parte daba riesgo notable (3), podíamos ver los grandes aludes que habían barrido los valles durante la anterior semana. Por suerte las montañas ya se habían sacudido casi todo lo que tenían encima y la cosa estaba bastante estable, aunque no era muy recomendable moverse por determinadas laderas a partir del mediodía.



A las cinco de la mañana comenzó a sonar la Bola de Cristal, era el despertador de Fran que nos avisaba que teniamos que movernos. Nos pusimos en marcha y comprobamos que la nieve se ha endurecido algo, aún así progresamos a buen ritmo hacia la vía normal del pico. De pronto Fran se percató de que Dani no hacía ruido al pisar las rocas, ¡ha perdido un crampón! Nos pusimos a excavar una madriguera para ver si estaba en un agujero, pero no aparecía. Tras media hora de búsqueda decidimos seguir adelante mientras Dani seguía mirando. Cuando ya estábamos apunto de meternos en faena vimos que que venía rápidamente a reunirse con nosotros, pero ya era tarde cuando nos dispusimos a subir todos juntos. Aún así ascendimos media pared antes de desistir por el estado cada vez más peligroso de la nieve.



El sábado sería nuestra última oportunidad. Madrugamos más todavía, pero la nieve no se había helado apenas durante la noche, y poco después nos quedamos Fran y yo sólos, Dani tenía una gran ampolla en el talón que le hacía sufrir en cada paso, pero no nos desanimamos y seguimos adelante. Avanzábamos rápidamente gracias a la huella del día anterior, atrás fueron quedando las dificultades: la primera chimenea convertida en una canal de nieve, la segunda chimenea con su pequeño resalte de hielo y la expuesta travesía de las dos canales hacía la tercera chimenea. Aquí se nos acabó la traza. Nos teníamos que enfrentar a un corredor de 200 metros a 50 grados con muchísimo ambiente, con decisión me lancé a abrir huella y poco a poco fuimos superando el desnivel que nos separaba de las campas de nieve que hay en la parte superior. Tras el penoso esfuerzo de cruzar estas grandes palas alcanzamos la pequeña cresta final, que resolvimos más fácilmente de lo que esperábamos. ¡Por fin la cumbre! ¡Que vistas! ¡Todo Pirineos a nuestro alcance! Dejamos volar nuestra imaginación hasta otras cimas, pero no podíamos entretenernos, las horas pasaban y el sol no perdona.




Una rápida bajada con dos rapels, uno en la tercera chimenea desde una reunión con cadena frente a la cruz de hierro y otro para salvar el resalte de hielo de la segunda chimenea, nos dejo fuera de la pared justo a tiempo para ver como una colada de nieve corría por la primera chimenea borrando nuestra traza. Salvados por la campana nos reunimos con Dani en el refugio para celebrar esta victoria a los puntos en el segundo asalto.