Después de bastante tiempo y una operación de rodilla, Luciano, nuestro padre, por fin volvió a hacer montaña. Y hacia la sierra de Béjar nos dirigimos, sin más pretensión que hacer horas en montaña y probar la rodilla de Luciano. El día era bueno y aún había nieve en la carretera así que salimos de la plataforma. Poco a poco llegamos al Calvitero, donde paramos a reponer energías, después seguimos nuestro camino dirección al Torreón. Cuando vimos la canal de los hermanitos a Luciano se le alargaron los colmillos y a punto estuvimos de cambiar el objetivo.
Y así disfrutando de la nieve y asomándonos a todos los rincones, llegamos al Torreón, comer, disfrutar del sol y deshacer el camino andado. Este primer día dejó buenas sensaciones, aunque la bajada se notó en la rodilla.
Un mes más tarde, cuando por fin conseguimos reunirnos con César, esta vez si que pusimos rumbo a la canal de los Hermanitos. El día estaba perro, lluvia,niebla y viento lo que hizo que la nieve que quedaba, que todavía era bastante, estuviera muy blanda.
Una vez en Hoyamoros tuvimos que esperar a que levantaran un poco las nubes para encontrar el cono donde empieza la canal. Para allá nos fuimos decididos, aunque pronto nos vimos frenados por una nieve muy pesada. Así comenzamos los relevos, a cada uno le toco su correspondiente tercio de trabajo. Envueltos en el ambiente fantasmal creado por la niebla llegamos a la parte final, donde tuvimos que buscar una salida segura para evitar las zonas con cornisas.
Más por cabezonería que por necesidad hicimos la cima de los dos hermanitos, a pesar del verglas que dificultaba el ascenso a uno de ellos. Para después bajar tranquilamente a por el coche.
Es hora de hacer nuevos proyectos en familia, con objetivos más ambiciosos ¿Quien sabe donde nos llevará esta nueva etapa?