lunes, 21 de noviembre de 2011
Tour Ronde. La última y nos vamos
Después de un día de descanso volvimos a las faldas del Montblanc a ver si había suerte y se podía hacer algo por allí... Pero no, el tiempo seguía inestable y la montaña muy cargada.
Esta vez estabamos en el lado italiano, en Courmayer. Por lo menos así cambiabamos la calle del paseo y comiamos pizza. Allí también hay oficina de los guías que te informan muy amablemente. Viendo la previsión no nos recomendaban alejarnos mucho, mejor hacer algo cerquita del teleférico. Nos recomendaron la vía normal de Tour Ronde (PD+, II).
Dormimos en un albergue al lado del teleférico y a primera hora salimos para arriba. Había mucha niebla, pero se podía ver lo suficiente. La aclimatación se notaba y ya no nos arrastrábamos, como días atrás. En poco tiempo llegamos al pie de vía, nos preparamos y salimos para arriba en ensamble. Nos moviamos con soltura, ya habíamos cogido práctica...
Sin prisa pero sin pausa nos plantamos en la pendiente cimera, que nosotros imaginabamos como una arista vertiginosa, pero que no era tal. Ya solo quedaba una trepada y estábamos en la cima. Entre girones de niebla pudimos ver el pilar del Tacul, el Capucin y compañía ¡Un privilegio!
Se nos hizo más corto y más fácil de lo previsto, además cuando vimos aparecer a unos tíos por la norte se nos quedó cara de tonto, pensábamos que no estaba en condiciones. La bajada tiene una línea de rápeles, así que no nos complicamos y en un momento estuvimos en el suelo.
Al día siguiente el tiempo era malo, pero muy malo, ni para senderismo estaba. Así que como ya estabamos cansados de tanta nube nos fuímos a la playa a buscar el sol.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Gran Paradiso. Buscando el norte.
La previsión sigue siendo mala, en la zona francesa dan nieblas y precipitaciones, en la zona suiza también. No queda ningún rincón sin ocupar por las nubes, todos los Alpes están conquistados por el mal tiempo ¿Todos? No todos, un pequeño rincón resiste. En el Gran Paradiso el sol brilla y las condiciones de nieve son excelentes.
Pero ¿Qué se puede hacer allí? No tenemos mapas de la zona, ni guías, ni hemos estado allí nunca, ¡ni siquiera sabemos como se llega! Por suerte en la oficina de alta montaña de Chamonix hay de todo, un rápido vistazo a los libros que tienen en la biblioteca nos hacen decidirnos por la vía Bertolone de la cara N (III, D). Sabemos que la vía normal es una clásica en la iniciación a los cuatromiles o para aclimatación a objetivos más exigentes pero ¡nosotros hemos venido a escalar! Llamamos al refugio Vittorio Emanuele II por si da la casualidad de que hay plazas, siendo fin de semana habría sido como si nos tocase la lotería. Tendremos que subir la tienda.
Con ánimo optimista cruzamos el túnel del Montblanc, el sol brilla y la suerte parece que nos sonríe. Al llegar al aparcamiento en Pont una nube nos quiere aguar la fiesta, pero esperando un poquito pudimos sortearla. Son dos horas de aproximación, que nos tomaremos con mucha calma, disfrutando del paisaje que hace más llevaderos los 800 metros de desnivel cargados con los mochilones.
Al llegar al refugio hablamos con el guarda para preguntarle si puede darnos alguna seña de la ruta y el tiempo para el día siguiente. Nos lee la meteo (muy buena por lo visto), nos presenta a un guía que hizo la ruta ese mismo día, nos deja un mapa... no se puede ser más hospitalario y simpático.
Por la noche empezó a nevar, cuando sonó el despertador siguió nevando y cuando volvió a sonar nevaba todavía. Al hacerse de día había parado de nevar, pero una espesa niebla envolvía todo ¡Mejor! Así el sol no le dará a la montaña y podremos subir a pesar de la hora. Salimos para arriba, sin perder la ruta, a pesar de la niebla y las dudas, subimos por la cresta de una morrena, hacemos una pequeña trepada para subir a un gran espolón rocoso y subimos por terreno pedregoso hasta el glaciar.
De pronto, vemos como tres personas que remontan la ladera ¡Deben ir a la misma ruta que nosotros! Vamos tras ellos, pero de repente, aparece otra cordada, es un poco raro que tanta gente vaya a una ruta técnica... ¡Ahora empiezan a bajar cordadas! ¡Estamos flipando! ¡Nos hemos equivocado! Sin darnos cuenta estamos subiendo por el glaciar de Laveciau, estamos demasiado altos como para ir a buscar la cara norte, pero además no sabemos donde está. La gente baja cubierta de escarcha y sin haber llegado a la cima. Bueno, nosotros no tenemos frío, sabemos que la cima esta hacia arriba y que por este camino sabemos volver... ¡Así que para arriba!
Entonces empiezan a despejarse las nubes, ya podemos ver la montaña en todo su esplendor ¡La cima está aún muy lejos! Vamos subiendo pasito a pasito, parando de vez en cuando para tomar aire, la altura se nota, también se nota la falta de entrenamiento.
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