jueves, 19 de enero de 2012

Sur del Pajarito. KO técnico

¡CATACROQUET! Fran acaba de volar en el segundo largo de la sur clásica del Pajarito y se ha dado un espaldarazo contra la pared. Pensé que se iba a partir un pie que se le había enganchado en una grieta... Pero está bien, se recoloca un poco y dice que va a intentarlo otra vez, me he asustado más yo que él.


Cuando llegamos a la Pedriza teníamos la idea de ir a la Pared de Santillana, pero el día esta malo y las nubes cubren la parte alta. Por lo que buscamos un objetivo más cercano, pero sin renunciar a nuestra idea inicial: escalar una vía clásica y andar un poquito. Entonces pensamos que podíamos intentar esta clasicaza.


Fran sale otra vez para arriba. Va muy decidido, supera el paso donde calló antes. Avanza un poco más y ¡ZAS! vuelve a volar. Esta vez ha sido menos espectacular, solo una caidita. De nuevo se repone y sigue adelante. Se atasca, se abraza a la roca de mala manera, resopla, se arrastra. Ha sido mucho más costoso de lo que pensábamos, en teoría un largo de 6a no debería de ser mayor problema para Fran pero... la escalada clásica, es la escalada clásica y no es lo mismo aunque haya spits.


Al llegar al pie de la pared estábamos muy alegres. Hacia mucho que no nos veíamos, desde nuestra escapada del verano. Durante la subida charlábamos y reíamos. El primer largo fue para mi. Una subida por un diedro al principio húmedo y herboso y luego limpio y con pasos estéticos. Nada hacia presagiar las dificultades que íbamos a encontrar por delante.


Ahora me toca a mi enfrentarme al segundo largo. Me agarro a la bavaresa, ¡buf! ¡buf! ¡Qué duro es esto! Me abrazo a la piedra también, pero no tan fuerte como Fran y me caigo. Lo pruebo otra vez, me abrazo de otra manera. Bufo otro poco y vuelvo a caer. Lo vuelvo a intentar a mi modo y esta vez si que salgo. Todo rozado y magullado, pero salgo.


Nos reunimos al pie del tercer largo, una chimenea oscura que no se ve donde lleva ni como se puede proteger. Después de nuestra experiencia en el segundo largo decidimos buscar un camino menos "clásico". Salimos a la derecha por una placa, no nos complicamos y acerando llegamos a la base del bloque cimero. Para desquitarnos Fran lo intenta en libre y le sale, yo no tengo ni fuerza ni paciencia, me pongo un lacito a modo de pedal y tiro para arriba.


¡Ya estamos arriba! No ha sido nuestra escalada más elegante pero lo hemos conseguido, ahora hay que bajar corriendo por que empieza a llover. Descendemos igual de contentos que subíamos ¡Volveremos!