miércoles, 26 de octubre de 2011

Arista de los Cósmicos. Al mal tiempo buena cara


Después de una semana entera de mal tiempo, la borrasca no podía durar mucho. Llegaban las vacaciones de verano y nos decidimos a forzar la suerte, teníamos doce días por delante ¿Por qué habría de seguir la mala meteo hasta finales de julio? Metimos en el coche de Fran todo nuestro material (soló dejamos en casa los esquís) con la idea de tener todas las alternativas posibles y al mediodía siguiente nos plantamos en Chamonix.


Llovía, claro ¿Qué esperábamos si esa era la previsión? Pero al día siguiente parecía que iba a haber una pequeña tregua. Había que buscar una actividad que no estuviese expuesta a los aludes y que fuese rapidita. En la Oficina de Alta Montaña nos recomendaron la arista de los Cósmicos (II AD, 4a), a nosotros y a mucha gente más, como pudimos comprobar.


Era nuestra primera actividad, así que movernos a 3.800 metros nos resultaba fatigoso. Aún así conseguimos avanzar con soltura por el terreno mixto que conduce a la primera cima. Desde ahí se puede hacer un rápel o destrepar. Nosotros optamos por rapelar, pero la pareja que venía justo tras nosotros decidió descolgar al primero y destrepar el segundo. Habría sido una buena y rápida idea, pero no tal y como la ejecutaron ellos. El más fuerte de los dos fue el que se descolgó, dejando al menos hábil lidiar con el aéreo destrepe mientras él se distraía mirando el paisaje. El resultado fue que tropezó y calló de espaldas, por suerte se encajó entre dos piedras, sino habrían caído los dos casi con total seguridad. Como había mucha cola para el siguiente rápel (este es obligado y por una espectacular chimenea helada) tuvimos tiempo de sobra para curarnos la impresión.


Seguimos por una serie de flanqueos, que incluyen algunas trepadas tanto en roca como en mixto, hasta llegar a una amplia repisa de nieve que precede al paso estrella de la ruta. Se trata de una fisura diagonal en un tramo de roca muy vertical, con unos pasos muy estéticos y atléticos, que claro está, eran para Fran. Los resolvió sin pestañear, yo pestañeé un poco más.  Rodeamos una torre entre bloques de roca gigantes para acceder a una chimenea helada con una caida eterna. Este es mi terreno, haciendo oposición, usando las manos, el piolet, los dientes... conseguí llegar arriba sin pasar muchos apuros. Ya solo nos quedaba subir la escalera de la fama.


La escalera nos dejó en una terraza del teleférico donde fuimos recibidos por un grupo de turistas asiáticos que nos engancharon para sacarse fotos con nosotros. Entre risas recogimos nuestras cosas para ir corriendo a ver la previsión para el día siguiente.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo, como me gusta pasar aventuras contigo.

Anónimo dijo...

quiero volver a Alpes,por dios!!
sois unos machines!! cósmicos

la peña asiática