En el día anunciado a bombo y platillo por todos los medios de comunicación como el mejor para ir a la nieve, fuimos al puerto de Cotos. Allí nos reunimos con Charo y su familia, bueno en realidad ellos llegaron a la hora pactada y fueron adelantándose, nosotros que somos más tardones tuvimos que remontar la desventaja.
Camino de las Cabezas de Hierro, los niños iban como jabatos, tropezando en cada huella y arrasando con todo lo que se ponía a su paso ¡No conocen el concepto de ahorro de energía! Eso sí, no paraban un minuto a descansar con tal de seguir a su padre, a menos que una disputa de hermanos les hiciese enfurruñar y quedarse atrás a propósito.
Así poco a poco llegamos hasta un hombro que hay en medio de la cara norte y que sirve de mirador hacia la gran canal central y las cascadas de hielo. El sitio ideal para comer y un buen momento para tirar unas bolas de nieve a los niños.
A partir de aquí nos separamos, la familia volvió a su casa y entonces tomaron el mando las machacas. Con Laura por delante abriendo huella sin descanso llegamos hasta la Cabeza Mayor, de ahí en un periquete a la Cabeza Menor y cuando lo razonable era bajar y volver a casa a una hora decente, el espíritu aventurero se apoderó de las chicas y decidieron que querían ver que había más allá.
Así, seguimos caminando hasta Valdemartín y la Bola del Mundo, para bajar con las luces del atardecer por la Loma del Noruego, con lo que en un día nos vimos un buen trozo de la sierra de Guadarrama al ritmo de las machacas ¡Ponles sol, grandes vistas y buena conversación y llegarán hasta el fin del mundo!
1 comentario:
¡Qué bien lo pasamos!! Habrá quer repetirlo, no?
Besos
Charo
Publicar un comentario