domingo, 5 de abril de 2009

El Cancho. Lo que pudo haber sido y no fue


Muchas veces he oído eso de "cuando la montaña no quiere..." Muchas veces todo parecía apuntar a que la montaña no quería, pero a base de empeño la montaña se dejó.

Después de tres semanas de anticiclón, el primer fin de semana de primavera nos fuimos para el Cancho. Una montaña aislada del resto de grandes cumbres de Gredos, pero con mucho ambiente alpino. El pronóstico del tiempo era malo y os puedo asegurar que se cumplió con creces.



El sábado salimos de Navalguijo cargados con 20 kilos de mochila. Llevábamos sacos, tienda, comida, material de escalada, hornillo, ropa de invierno... todo lo necesario para hacer frente a una noche a 2000 m y para hacer una bonita escalada. Pero no contábamos con que en una hora de camino ya estaríamos calados y en tres congelados. Cuando estábamos bastante altos en la garganta y envueltos por la niebla tuvimos que admitir que no seríamos capaces de aguantar una noche en esas condiciones. Todo lo que no estaba en contacto con nuestro cuerpo se había cubierto de escarcha practicamente al instante. Así que dimos media vuelta y buscamos un sitio menos comprometido para acampar, con la esperanza de tener más suerte al día siguiente.



La tarde discurrió tranquila gracias a que escampó por unas horas, pero a las cuatro de la madrugada empezó a nevar. A las ocho de la mañana seguía nevando, a las doce del medio día también y cuando llegábamos al pueblo, después de desistir de cualquier intento de acercarnos a las cotas más altas, aún no había parado.


A veces hacer demasiado caso al parte te hace perder buenas oportunidades. Otras el no hacerle caso te las hace perder también. En esta ocasión no tuvimos ninguna oportunidad.


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