La primera parte la vivimos justo el viernes, cuando a Dani se le atragantaron unos pasitos tallados en el primer largo. Montamos un rapel y nos bajamos. Mejor así que pasar algún susto más arriba, además, ya tendrá tiempo de irse curtiendo en estas lides.
Así que el domingo tuvimos que volver a la carga, a ver si eramos capaces de rematar la faena. Pasamos la mañana en Patones, y un tío me hizo unas fotos saliendo de una vía, me dijo que era de Desnivel, quien sabe, puede que me haga famoso, jeje. Por la tarde y después de una buena siesta nos encaramamos de nuevo al primer largo de la Ezequiel. El segundo largo me toco a mi, la chimenea por la que va la vía rezumaba algo de agua, así que me fui a una fisura de la Emilio que va un poco más a la derecha. En teoría es sólo IV+, pero cuando por fin llegué a la reunión me temblaba todo el cuerpo, nunca me había enfrentado a una tirada tan vertical en autoprotección.Llego el turno de Fran, que trepó rápidamente por una gran fisura. Mientras tanto el cielo se había ido poniendo negro, empezaron a caer goterones, y luego vinieron los rayos y los truenos. ¡Y nosotros aquí con tanto hierro! Mi compañero destrepó medio largo, y dos rápidos rapeles nos dejaron en el suelo, después a correr hasta el coche.
Conclusión, no hay dos sin tres. Aunque esperemos no tener que verificar aquella que dice, no hay quinto bueno.
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